Destellos de realidad
Hasta el 26 de enero de 2026, en el cafetín de la pastelería Trallero, se podrá visitar la exposición Destellos de realidad de la pintora de Poleñino (Huesca), Isabel Otín Zamora.
Jubilada en la actualidad, y después de una variada vida laboral con trabajos de auxiliar administrativa, masajista de Shiatsu o profesora de manualidades y pintura, dedica en estos momentos parte de su tiempo a las artes, una de sus pasiones: Desde muy joven me intereso por la pintura y la creatividad que vengo explorando en muchas facetas, en particular la acuarela de tipo naturalista y paisajista. Una agradable muestra, de trazos suaves y colores cálidos, que muestran la delicadeza de la autora en sus trazos y temáticas.
Hablamos con ella:
Pinta sobre todo paisaje y naturaleza, ¿qué le atrae de ellos?
Para mí la naturaleza es una fuente permanente de vida, de armonía y de belleza, en continuo cambio, y me encanta tratar de plasmar en las acuarelas lo que me llega a través de la visión y la percepción en ese momento.
¿y que encuentra en la técnica de la acuarela?
La acuarela me permite descubrir las luces y sombras, a través del color, de todo lo que nos rodea, con unas transparencias y tonalidades muy especiales.
Paisaje nevado
¿cómo organiza el proceso de pintar?
Localizo unas imágenes e impresiones que me motivan y las trato de trasladar a la acuarela, con previo esbozo, a veces con la gran ayuda de la fotografía, porque la luz se mueve demasiado deprisa.
José Miguel Andrade, su marido, también es pintor, escritor, articulista… una pareja de artistas. ¿Tienen la casa y sus espacios llenos de arte?
No demasiado, somos un poco Zen. Cada uno tenemos nuestro espacio, porque somos muy diferentes y con distintas formas de expresión. Así nos ahorramos conflictos.
Siempre hay tajo. ¿Qué tiene en mente ahora?
Me dejo sorprender por lo que se me presenta y enseguida se me ocurre un nuevo tema para pasarlo a acuarela. Por ahora tengo más inspiraciones que capacidad y tiempo para plasmarlas. Me dejo llevar sin grandes planes, ya que la edad te va enseñando que todo lleva su ritmo.
Calle Mercado en Sariñena
